La eterna cuestión entre los estudiantes: cómo memorizar rápido y, más importante, que no se olvide lo aprendido. Sabemos que en una semana no nos vamos a acordar de nada, pero aun así leemos los temas diez veces y soltamos la información en el examen.
Resulta que repetir el texto mentalmente una y otra vez no es la mejor técnica para estudiar y aprender. La memorización debe ser un proceso activo en el que el estudiante asocie ideas y conceptos. Entonces, ¿cómo podemos memorizar rápida y efectivamente? Aquí tienes algunas técnicas y consejos.
Crea una historia
Si habéis dado integrales en bachillerato, seguramente os suene la siguiente regla nemotécnica: un día vi una vaca vestida de uniforme. En este caso se trata de asociar frases e historias a las siglas de una fórmula matemática, pero se puede hacer con cualquier otra asignatura.
Piensa en Historia. ¿Es más sencillo memorizar fechas y nombres o contarte el tema a ti mismo como si fuera un cuento? Seguro que lo segundo te resulta más fácil.
Ya sea recordar una fórmula con una frase ingeniosa o crear una historia que te recuerde al tema en cuestión, este truco te servirá para acordarte mejor de las cosas. Y como eres tú quien lo crea, es más fácil acordarte de tu propia invención.
Explícaselo a otro o a ti mismo
Si alguna vez has hecho de profesor con un amigo o contigo mismo por la noche, has acertado. Explicar un tema a otra persona requiere que lo dominemos y que entendamos tanto el marco general como los detalles específicos. ¡Nadie puede explicar algo que no comprende!
Además, seguramente te surjan dudas durante la explicación. Acabarás encontrando la respuesta a tu pregunta y te habrás obligado a repasar el tema, lo que favorece la memorización.
Utiliza flashcards: active recall
Esta técnica se basa en el principio de active recall (recuerdo activo). Es uno de los métodos de memorización más avalados por la ciencia y con mejores resultados en los estudios. Pero, ¿en qué se basa?
La idea es tratar de recuperar la información que hemos codificado y almacenado en la memoria. Cuanto más esfuerzo tengamos que hacer para recordar un concepto, mejor se almacenará en nuestra memoria.
Normalmente, cuando no nos acordamos de algo a la primera lo miramos en los apuntes. Al ver la solución, creemos que sabemos el tema, pero es probable que volvamos a olvidar la información. Por eso, utilizar flashchards que presenten una pregunta en la cara frontal y su respuesta por atrás es bastante útil. Eso sí, procura esforzarte hasta que te acuerdes y no la gires demasiado pronto.
Haz conexiones
Esta es probablemente la mejor forma de estudiar y memorizar rápidamente. Imagina que en Biología tienes que aprender las leyes de Mendel, el ciclo de Krebs u otro tema que no te gusta. Prueba a ver un vídeo relacionado que te interese. De ese modo, estarás absorbiendo más información sobre el concepto y, al relacionarlo con el vídeo, te acordarás mejor.
También puedes buscar debates en internet sobre autores de filosofía o incluso series (sí, Merlí, va por ti). El caso es que hay muchísimas oportunidades para hacer conexiones y relacionar lo aprendido en clase con el mundo real. Una vez que algo está presente en tu día a día, le ves el sentido y lo recuerdas con más naturalidad.
Spaced repetition
Por último, todos hemos pecado de estudiar el día antes del examen. Nos acordamos de todo al día siguiente, pero cuando llega el fin de semana ya no recordamos nada. Esto funciona durante el curso, pero cuando llega selectividad la cosa cambia.
Es importante seguir los consejos que nos da la técnica del spaced repetition. Consiste en aprender algo un día y seguir repasándolo en el futuro para frenar la curva de olvido. Olvidamos la mayor parte de lo que leemos o escuchamos, y esta es una buena forma de evitarlo.
Por ejemplo, te aprendes el tema 1 el lunes, lo repasas el miércoles y el sábado intentas explicártelo a ti mismo desde 0. Esto combina tanto la repetición como el recuerdo activo, así que el aprendizaje queda garantizado.